Salimos dirección al Pinar, provistos de nuestros chubasqueros, para protegernos de la fina lluvia que nos estaba

cayendo e iniciamos los primeros senderos exclamando al unísono lo estupendo que estaba el camino. Pusimos rumbo al cerro del Águila, accediendo a través del camino de las Vaquerizas hasta salir a la pista principal y coronamos el cerro, conde pudimos contemplar que empezaban a aparecer los primeros rayos de sol; y los tres pensamos y dijimos lo mismo: “Y los pikolines durmiendo, seguro”.
Continuamos por la esta pista hasta llegar al deposito de Castellar, al cual ascendimos y continuamos por la nueva pista asfaltada del mismo, hasta encontrar el primer camino que baja a derechas, por el que descendimos para continuar la marcha por un camino interior de
Continuamos dirección Sotogrande por el mismo, para entrar a izquierda en una bajada técnica y embarrada, donde empezamos a tener problemas con las burras, las cuales se negaban a rodar debido a la acumulación de barro en sus gomas, horquillas y puentes traseros. Hacia tiempo que no lo pasaba tan mal con el barro y tardamos casi 30 hora en bajar unos escasos
Desde allí, cruzamos el río saliendo a la carretera de Tesorillo-Jimena, por la que continuamos unos metros, hasta pasar
Iniciamos en ese momento la vuelta, repitiendo el camino, no sin antes parar el
La anécdota del día fue que El Loncha se cargo las zapatillas y tuvo que pegarse media ruta con unas posiciones del pie un tanto raras….jajaja.
Al final conseguimos el objetivo previsto, que era disfrutar de la bici, marcarnos 5 horitas encima de ella (4:10 pedaleando) y 58 Km. de puro MTB…